A esta altura todo el mundo debería saber que nunca hay que dar por vencido a Novak Djokovic, sin importar cuán grande sea el desafío que tiene por delante ni lo mal que pueda estar jugando. El tenista serbio de 36 años, actual número 2 del mundo, ha conseguido una épica victoria al remontar dos sets abajo para imponerse a su compatriota Laslo Djere por 4-6, 4-6, 6-1, 6-1 y 6-3 en tres horas y 45 minutos.

En un partido disputado en el Estadio Arthur Ashe que terminó pasada la 1:30 de la madrugada en Nueva YorkNole evitó la que habría sido su primera eliminación allí desde 2006 y selló el octavo triunfo en toda su carrera después de ceder los dos primeros sets de un encuentro.

Los dos primeros sets vieron a Laslo Djere, de 28 años, actual número 38 en el ranking ATP, capitalizar 28 de 44 puntos que duraron cinco o más golpes. El juego de pies de Djokovic parecía un poco desencajado y tampoco lograba tener precisión en los golpes. Todo iba a favor de Djere ante un Nole muy incómodo, visiblemente contrariado.

Como es habitual cuando va perdiendo, Djokovic se dirigió al vestuario entre sets para cambiarse de ropa. Y es sabido que esas pausas, permitidas por reglamento, suelen ser muy positivas en su caso. Al término del partido, Djokovic reveló qué fue lo que hizo para regresar a la pista renovado.

Me di una pequeña charla de ánimo frente al espejo. Me reí de mí mismo porque estaba muy… agitado. Me obligué a… levantar el ánimo”, confesó.

En la tercera manga, logró quebrar el saque de su rival por primera vez en toda la noche para tomar ventaja de 2-0. La remontada estaba gestándose. Djokovic agitó los brazos y las manos para pedirle a los espectadores que lo apoyen. Ese set se terminó en un abrir y cerrar de ojos. “Una vez que conseguí el descanso en el tercero, pensé: ‘Está bien. Tengo una oportunidad. Tengo una oportunidad’”, explicó.

También logró un quiebre muy importante al inicio del cuarto set, usando sus cualidades defensivas para prolongar un punto hasta lograr un golpe de derecha ganador cuando Djere perdió la compostura. Djokovic miró a su entrenador, Goran Ivanisevic, y al resto de su séquito en las gradas, notablemente recuperado y enchufado en el partido.

Su tenis fue cada vez más sólido y contundente. Una vez que Nole tomó el control, se mantuvo firme y nunca dejó que Djere se recuperara. Incluso en el quinto set, Djokovic estuvo muy tranquilo, acumulando 12 de los 14 puntos iniciales para no dejar dudas sobre quién iba a ganar el pleito. “Créanme, fue estresante hasta el último tiro”, dijo el ex número 1 del mundo.

Quizás un factor que favoreció a Djokovic es que se conocen desde hace años con Djere, practican juntos, pasan tiempo como compañeros de equipo de Copa Davis y compiten en el circuito como pareja de dobles. Por ellos, cuando terminó el partido, se encontraron en la red para darse un abrazo y Djokovic aplaudió mientras Djere salía de la cancha.

Novak Djokovic avanzó en el US Open, donde ha ganado tres de sus 23 títulos de Grand Slam (REUTERS/Shannon Stapleton)

En la rueda de prensa, Novak Djokovic lanzó un desafiante mensaje para sus futuros rivales. “El mensaje que se envía al resto, obviamente, es que todavía puedo jugar cinco sets, hasta bien entrada la noche. Venir de dos sets abajo siempre envía un fuerte mensaje a los futuros oponentes”, dijo Nole, quien se enfrentará en octavos de final a Borna Gojo, un croata de 25 años que debuta en el US Open.

Ha ganado tres de sus 23 títulos de Grand Slam masculinos en Flushing Meadows y ha sido subcampeón seis veces. El serbio no compitió en el US Open el año pasado porque no podría viajar a Estados Unidos como extranjero que no esté vacunado contra el COVID-19; una regla fue levantada en mayo de este año. Ahora está de regreso como segundo cabeza de serie en Nueva York detrás de Carlos Alcaraz, y todos esperan verlos enfrentarse por el título el próximo 10 de septiembre.

Infobae