El ojo agudo de «el Vasco,» un residente que habita en las alturas de las Sierras de los Comechingones, capturó esta sorprendente escena y la compartió con los medios. Una imagen que contradecía el calendario, pero que recordaba a todos que la naturaleza tiene sus propios planes.
El termómetro, implacable, registró una gélida temperatura de -3°C, y poco después de las 9 de la mañana, los copos de nieve comenzaron a caer en una danza invernal.
Según los pronósticos de la Red de Estaciones Meteorológicas (REM), el resto del día promete una mínima de 3°C y una máxima de 16°C. Durante la mañana, el cielo permanecerá mayormente nublado, con la posibilidad de chubascos por la tarde y lluvias aisladas durante la noche. Los vientos, por su parte, serán leves a moderados, con una rotación hacia el noreste.
Este inesperado episodio meteorológico pone de manifiesto una vez más que, en lo que respecta al clima, la naturaleza puede seguir siendo impredecible y sorprendente.
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