Marcelo Gallardo ha vuelto a River Plate con la misma pasión y exigencia que lo caracterizaron durante su primera etapa como entrenador del equipo. A dos semanas de su regreso, el «Muñeco» está decidido a transformar al equipo en una máquina imparable, capaz de dominar a cualquier rival.

Con 48 años, Gallardo no ha perdido su energía ni su enfoque en los entrenamientos. Desde su llegada, ha implementado sesiones intensas donde la rapidez, precisión y un enfoque ofensivo son claves. Gallardo no solo busca que sus jugadores sean talentosos, sino que también exige un esfuerzo físico constante, con la mentalidad de que cada balón se debe pelear hasta el final.

El «Muñeco» ha sido claro en su visión: quiere un River explosivo y difícil de enfrentar. Esto ha llevado a un cambio en la forma de entrenar, con trabajos en espacios reducidos y un enfoque en la precisión y velocidad en los movimientos. Los entrenamientos reflejan su filosofía: nada de relajación y todo por el equipo.

Aunque los resultados iniciales han sido mixtos, con empates ante Huracán y Gimnasia, y una victoria ajustada frente a Talleres por la Copa Libertadores, Gallardo confía en que su método llevará al equipo al éxito. Con refuerzos de calidad como Fabricio Bustos, Germán Pezzella, y Maximiliano Meza, el técnico está armando un River Plate que promete grandes cosas.

Gallardo sabe que la clave para lograr su objetivo es mantener la intensidad y no bajar los brazos. Con el apoyo de la hinchada y su compromiso inquebrantable, está decidido a devolver a River Plate al lugar que merece en el fútbol sudamericano.