Estas declaraciones han generado un intenso debate en el entorno futbolístico uruguayo, exacerbando la controversia que rodea la ausencia del jugador en las recientes convocatorias del equipo nacional.

En una conferencia de prensa realizada este martes, Bielsa, visiblemente molesto, no dejó lugar a dudas sobre su postura. “Eso de alcanzapelotas pregúntenle a Canobbio porque es una ofensa tan grande hacia mí y hacia él. Pregúntenle a él si alguna vez ofició de alcanzapelotas. A él o cualquier convocado, no sé sinceramente cómo una afirmación tan despectiva para todos simplemente se basa en un trascendido”, manifestó el entrenador, rechazando categóricamente la acusación de maltrato al jugador.

La controversia comenzó después de que Canobbio, quien quedó fuera de la lista para los partidos contra Paraguay y Venezuela, expresara su disconformidad con el trato recibido durante el último torneo continental. Sus palabras encontraron eco en el periodista Diego Jokas, quien afirmó que el desencuentro entre el jugador y el entrenador se originó en un supuesto episodio en el que Bielsa habría colocado al futbolista en un rol que fue percibido como degradante.

Sin embargo, más allá de los trascendidos y los dimes y diretes de la prensa, Bielsa decidió enfrentar la situación directamente, apuntando a lo que considera una manipulación de la realidad. Su respuesta fue enfática y se percibió como un llamado a la responsabilidad de los medios al abordar temas sensibles que pueden afectar tanto a los jugadores como al equipo en su conjunto.

Además del caso Canobbio, Bielsa también se refirió a las críticas dirigidas a Cristian Olivera, delantero del Los Ángeles FC, por su desempeño en los últimos partidos de la selección. Bielsa, conocido por su meticulosidad y análisis exhaustivo, desestimó los comentarios vertidos en redes sociales, cuestionando la naturaleza y el origen de las opiniones emitidas. “Para evaluar la opinión de alguien en una disciplina en particular, lo primero que hay que saber es quién opina”, señaló. Y añadió, en un tono que dejaba claro su escepticismo: “Si usted me dice cómo se evalúan lo que opinan las redes sociales, supongo que debe ser por agrupación de comentarios similares, que siguen siendo impersonales”.

Las declaraciones de Bielsa evidencian la compleja relación entre el fútbol y los medios de comunicación, especialmente en un contexto donde la presión y el escrutinio público son constantes. Mientras el equipo se prepara para los próximos compromisos, el entrenador argentino dejó en claro que su prioridad es mantener el foco en lo deportivo y proteger a sus jugadores de lo que considera ataques infundados.

El incidente ha puesto de relieve las dificultades que enfrenta cualquier seleccionador nacional a la hora de manejar no solo la dinámica de grupo dentro del vestuario, sino también las tensiones externas que surgen cuando se toman decisiones impopulares o se producen malos resultados. En este contexto, la capacidad de Bielsa para gestionar estas situaciones será clave para mantener la estabilidad y el rendimiento de la selección uruguaya en su camino hacia la clasificación al Mundial.

Por ahora, queda claro que el experimentado entrenador no tiene intención de ceder ante las críticas y que seguirá defendiendo su postura con la vehemencia que lo caracteriza. Resta ver cómo evoluciona este conflicto y cuál será el impacto en el desempeño del equipo en las próximas fechas, donde el desafío no solo será en la cancha, sino también en la opinión pública.