Este 2025, con el inicio de un nuevo torneo, las disputas internas en las barras bravas de los clubes más importantes del país vuelven a encender las alarmas. Entre pugnas de poder, nexos políticos y sindicales, y antecedentes de sangre, el escenario pinta complicado.
Las raíces del conflicto
El año pasado, la violencia dejó cinco muertos relacionados con enfrentamientos en las tribunas y alrededores. Esto no solo expone el nivel de riesgo que enfrentan los clubes, sino también la aparente incapacidad de las autoridades para controlar estos episodios. Las internas no son simples desacuerdos: son luchas por el control económico y simbólico de las barras, donde el dinero proveniente de actividades ilícitas y las conexiones políticas juegan un rol central.
Casos emblemáticos y focos de tensión
Entre los clubes más afectados están aquellos con grandes hinchadas y alto flujo de dinero, como River Plate y Boca Juniors. En River, la barra conocida como Los Borrachos del Tablón se prepara para regresar al Monumental, con líderes divididos entre diferentes facciones. Este «pacto de paz» interno parece frágil, especialmente con las elecciones nacionales como telón de fondo.
En Boca, La Doce mantiene una relativa calma, pero los antecedentes judiciales de sus líderes y las disputas latentes son una amenaza constante.
Rosario también arde: en Central, el vacío de poder tras los asesinatos de Andrés «Pillín» Bracamonte y Daniel «Rana» Attardo dejó a la barra sin liderazgo definido. En Newell’s, los arrestos de figuras clave generaron un escenario de incertidumbre, mientras facciones históricas como Los Monos buscan retomar el control.
Córdoba y el interior no están exentos
Las barras de Talleres, Instituto y Belgrano viven un período de luchas intestinas que incluso han incluido enfrentamientos armados. Por otro lado, los clubes mendocinos, Godoy Cruz e Independiente Rivadavia, experimentan conflictos familiares y disputas territoriales que afectan directamente a sus hinchas y la seguridad en los estadios.
Un problema nacional
Los enfrentamientos no son exclusivos de los grandes centros urbanos. En Tucumán y Santiago del Estero, la situación es igualmente delicada, con facciones históricas enfrentadas en batallas que han dejado heridos.
¿Un torneo bajo amenaza?
El inicio del torneo está a la vuelta de la esquina, y el panorama es sombrío. Sin un plan integral de seguridad y políticas claras para enfrentar el problema, las tribunas podrían convertirse en un campo de batalla. Es hora de que las autoridades, los clubes y la sociedad reconozcan que esta no es solo una crisis del fútbol, sino un reflejo de una problemática social y estructural que exige soluciones urgentes.
El balón está por rodar, pero la paz en las tribunas parece aún más difícil de alcanzar que un campeonato.
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