La noche del sábado en la edición 50 de la Fiesta Nacional Valle del Sol, inició su velada con el espectáculo de artistas locales que día a día nos sorprenden con sus repertorios.
En este caso fue de la mano de Naure Dúo, quienes dieron paso a los ganadores del Pre festival: Cin Tak y Gabino Cantor.
La música cuyana no podía faltar en la fiesta del pueblo y estuvo bien representada entre cuecas y tonadas por el Trébol Mercedino.
Orellana Lucca fue el primer número nacional que el público esperaba ansioso. Los santiagueños deleitaron con sus chacareras y zambas que deleitaron a los bailarines y al predio.
Luego fue el turno de la danza que tuvo como protagonistas al Grupo de Danzas Llastay, a la Escuela de Malambo el Ventarrón y más tarde al Ballet Grito de mi Tierra.
Con la luna como testigo, la música siguió en el escenario mayor Antonio Esteban Agüero y Coquena trajo todo el ritmo y color con un homenaje a José Hector “El Negro Ray”.
La noche tuvo también sus momentos de reconocimientos por parte de la Cooperativa Telefónica y la Municipalidad de la Villa de Merlo. Los Homenajeados fueron: José Hector Ray, Juan Carlos Christiansen, Sra. Pura Morales de Barreda, Grupo de Danzas Llastay. La emoción siguió y se hizo aún más presente en la declaración, mediante Resolución Nº 1980-HCD-2018, de Ciudadanos ilustres Alfredo Ferretti y Fanny Zaide Coria por sus más de 40 años registrando cada evento en la localidad.
El gran número de la noche, Jorge Rojas, regresó al festival luego de más de 15 años. El ex nochero tuvo en vilo todo su show a sus fanáticas que no dejaron de cantar sus temas ni un
segundo, realizando un recorrido de sus grandes éxitos y sus nuevos temas. Sin dudas, el músico salteño sorprendió a los presentes cuando invitó a cantar primero a Mailén, una gran admiradora, y
al “Gato”, un espectador que sostenía un cartel que decía “Jorge quiero cantar con vos”; al subir al escenario el hombre que se presentó ante el público como “un albañil que canta en parrillas” se
llevó el aplauso de todo el anfiteatro.
La jornada siguió hasta la madrugada en la que Alma Carpera con su repertorio bien festivalero de chacareras, escondidos y zambas carperas; y Juanjo Abregú con su violín y su pogo sachero
hicieron vibrar el Balneario Municipal.
El gran cierre de la noche fue de Ezequiel Pedraza, el cantante oriundo de Río Cuarto, que entre cuartetos y cumbias hizo bailar al público hasta el amanecer.