JUNO
Allá por el año 2007 se estrenaba la película de una joven escolarizada que se enteraba que alguien llegaría a su mundo. No importa el proceso, sí el resultado. Mientras favorezca a todo sujeto, sirve. Bueno, es a criterio de cada quién, es tu vida, al fin y al cabo.
Sólo decisiones
Todo inicia cuando vemos a la jóven Juno intentando deshacerse de un sillón donde mantuvo relaciones con un muchacho ante el cual se muestra desconcertada y… arrepentida. A su tercer prueba de embarazo, resultó positivo ,y, con mente fría, elige acercarse donde su amigo Blekker a comunicarle que era un hecho. Con este, compartía no sólo una amistad, sino también una banda musical y aquella íntima experiencia. Sin embargo, de un momento a otro, Juno se encontraba sumamente serenada, ya que tenía la decisión al fin tomada. El aborto era la única opción.
Su padre, un técnico en aire acondicionado junto a su madrastra, es con quien la jóven compartía hogar. Su madre biológica, lejos, en Arizona. Acercandose a la clínica, Juno se topa con una jóven manifestante que ante su discurso, la induce a inclinarse por otros rumbos, por lo que decide dar en adopción a su bebé cuando nazca y de ahí, encuentra un partido ideal para ello. A esto, elige contarle a su padre acerca de su embarazo y decisión de vida. Después de asimilarlo, su padre encuentra mayor pasividad al conocer la decisión de su hija y elige acompañarla a conocer a los futuros padre adoptivos.
Por otra parte, Juno visitaba a menudo a Mark, el futuro padre adoptivo. Una conexión musical los unía, ya que este poseía instrumentos y dedicaba su labor a la música. Por su parte, Vanessa, esposa de Mark, se encontraba muy entusiasmada, pero escéptica, ya que intuía que Juno podría tornarse confusa al quedarse o no con el niño.
Celos reptilianos
Juno oye rumores acerca de Blekker y su presunta invitación al típico baile cliché norteamericano a otra jóven, por lo que nuestra protagonista genera una sensación de celos y apego a su amigo, quien le recrimina que ella no merecía explicación alguna, después de haberlo utilizado y ninguneado amorosamente.
Como sí, como no
En otra oportunidad, continúa la cercanía entre Mark y Juno. Repentinamente los observamos compartiendo una pieza musical, bailando en cercanía. Mark quiere dejar a Vanessa y la jóven Juno, extasiada, le recrimina su decisión. Mark plantea su deseo de continuar con su carrera musical, desestimándose de la relación con su esposa y así continuar con sus avances, en solitario y sintonía a su crecimiento personal.
¿Cómo saber si es amor?
Ninguno de nosotros podemos saberlo o sentirlo si no en carne propia. Para ello, Juno mantiene una emotiva charla junto a su padre acerca de, qué es el amor. Acaso está enamorada de su mejor amigo? Su padre insta a la misma a averiguarlo. Blekker era amante de las pastillas tic-tac y al abrir el buzón de correos de su hogar, se encuentra con decena de cajas de tic-tac naranja. Eso reivindica a ambos en lo que supone ser una suerte de reconciliación que, de una escena a otra, nos lleva a un apasionado teenage kiss, entre ambos.
Juno se encuentra dando a luz. Blekker completamente disociado en una carrera escolar. Cuando se percata de ello, corre donde su gran amiga y amor. El bebé es entregado a su madre adoptiva, Vanessa. La misma le deja un recordatorio escrito en papel a Juno, a quien por cierto le guardaba estimación. «Es tu bebé, si aún así lo quieres», decía la carta. Pero nosotros sólo observamos a Juno en compañía de Blekker, quien se hace presente hasta abrazarla y contenerla, en unmomento cuanto menos emotivo y movilizante para Juno, verdad?. Ella tan sólo elige no ver al niño, ya que siente que no le pertenece.
Juno y Blekker siguen juntos. Tocan la guitarra, disfrutan de su adolescencia, romance y un plano que encuadra su casa y sus protagonistas, nos despide.
Clásico para centennials, millennials y toda la familia
Son de esas películas de la camada ‘Supercool’, ‘500 days of Summer’, que, por diferente resulte la trama, marca y permanece en nuestro recuerdo. Elliot Paige, por aquellos tiempos Ellen, nos acostumbraba a ‘Juno’, ‘El Orígen’ y papeles que daban cátedra de lo que es como actor. Es grande.
Todo encaja a la perfección
J.K Simmons es el padre perfecto. No es el profesor musical que te arroja platillos por la cabeza. Allison Janney (Sitcom – ‘Mom’) cumple el rol de madrastra presente y unas miradas que se traducen a «como te quiero, gracias por estar). Jason Bateman y Jennifer Garnen, Michael Cera que nos encierra en su habitual papel de inocente niño tonto, pero siempre cumple y Elliot Page que convierte una simpleza y el mundo de una pequeña adolescente, en sub-mundos plagados de drama, alegría y catarsis, que subyace de pubertad y tantas cosas más.
La vida, los estados de ánimo y las decisiones personales
Cuando observamos estas historias, llámese ficción, o no, comprendemos que, al fin y al cabo, empatizar o acompañar es tan sólo nuestra tarea. Alguna vez surge como en un todo, esa famosa línea divisoria entre lo que debés, tenés qué o harías. Resérvese el derecho innecesario y manténgase presente ante ESA persona. ALERTA: Decisiones de vida. Y recuerden amigos… Personal, cada persona es un mundo.
‘Vigilante‘ es una nueva miniserie de Netflix protagonizada por Naomi Watts, Bobby Cannavale y un elenco conformado también por Jennifer Coolidge, Mia Farrow, dirigida por Ryan Murphy
En esta miniserie, estrenada en inglés como The Watcher, conocemos la historia de la familia Brannock, cuya vida cambia por completo después de mudarse a la casa de sus sueños en los suburbios. Sin embargo, lo que en un principio parecía el arranque de la mejor etapa del clan rápidamente se convierte en un infierno. Las amenazantes cartas de alguien que se hace llamar «El Vigilante» son solo el comienzo, ya que cada secreto del vecindario que va saliendo a la luz es más siniestro que el anterior. Inspirada en la historia real de la infame «Casa del Vigilante» en Nueva Jersey.
Tras la adquisición de la vivienda comenzaron a recibir una serie de cartas aterradoras que advertían que su nuevo hogar y sus hijos pequeños estaban bajo la vigilancia constante de un extraño que conocía detalles íntimos de sus vidas. Tal fue el temor de Derek y María por la seguridad de sus hijos que nunca llegaron a mudarse a la casa y de hecho llegaron a venderla con una importante pérdida de valor.
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