“Comieron Ibarra al escabeche”, dijeron desde el club, cuando Olé preguntó qué había pasado en esa comida. Un poco en broma, un poco en serio. Eso sí, hay un ultimátum implícito: el futuro del DT depende del partido del sábado ante Olimpo por la Copa Argentina.

Ibarra recibió sus primeros silbidos (Marcelo Carroll).Ibarra recibió sus primeros silbidos (Marcelo Carroll).

No sólo fue la peor derrota del ciclo de Hugo Ibarra, fue la que más le llegó y golpeó a Román. Y que incluso hizo más ruido que el portazo que pegó al salir del palco luego del 3-1 al minuto del segundo tiempo. Tocó su orgullo, su ego. Los silbidos en la Bombonera para su equipo los sintió como propios. A su gestión, a sus decisiones, a su idolatría. Silbaron a Pol Fernández y Sebastián Villa, dos de sus protegidos. Silbaron a su DT y amigo, el primero en su mandato con el que no mantuvo ni una diferencia desde que asumió. Y eso que el hincha xeneize no es de abuchear a los suyos. Por eso lo que pasó tiene un efecto mucho más contundente.

La actitud del propio Ibarra al dejar el campo de juego dijo más que mil palabras. Cabizbajo, abatido, resignado, sin siquiera con ganas de ir a discutir con Jorge Baliño luego del penal que no dio sobre el final del partido por el choque de Carranza a Merentiel. Y si bien un rato más tarde no esquivó la conferencia de prensa y dijo estar “fuerte”, no fueron pocos los que lo vieron algo desorientado, con explicaciones erráticas de lo que había pasado en el campo de juego.

En la cancha, todos saben en Boca que Ibarra no encuentra el equipo, el rumbo futbolístico ni los resultados en este 2023, con diez partidos con cuatro victorias, dos empates y cuatro derrotas que lo ponen entre los peores inicios de año de la década. Cambios en busca de reacción, a modo de tirón de oreja. Tres formaciones en la semana. Y más allá de quien juegue, nadie le responde.

De hecho, lo que vio el domingo en el campo de juego lo llevó al Negro suspender el día libre y citar al plantel para una práctica por la tarde, con un objetivo principal de tener una charla cara a cara para conseguir un nuevo impulso, pero apenas fueron alrededor de diez minutos en los cuales sólo el cuerpo técnico tomó la palabra haciendo autocrítica y pidiendo autócrítica también a los jugadores. Sin el ida y vuelta esperado.

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La relación con Ibarra llegó a un punto general que ante cualquier consulta, surge el chiste fácil y la ridiculización. Una sátira de su propio DT. Los jugadores, de hecho, cuestionan con dureza su conducción y capacidad. “No esperes ninguna indicación”, dijo semanas atrás un referente a un recién llegado, a modo de bienvenida. “Es un desastre”, no dudó en decir en confianza otro de los pesados. Incluso, dejaron trascender que las charlas tácticas no están a cargo del Negro, “porque no se le entiende”, sino del Tano Gracián.

Riquelme lo sabe, por supuesto, pero por el momento no intervino más allá de las charlas habituales con el cuerpo técnico y sigue apostando al mismo modelo de conducción, estilo “subcomisión de fútbol”. Mientras tanto, el vicepresidente hizo saber que junto con su Consejo seguirán “de cerca” el día a día y lo tendrán “bajo observación”. Una especie de partido a partido encubierto.

“No lo van a sacar, porque no hay plan B en este momento. Si quedara afuera de Copa Argentina sí tomarían la decisión, pero sería catastrófico que pasara”, le dijeron a Olé desde el búnker xeneize. “El Negro de la Suerte (sic) sigue, no juega a nada pero ganó dos títulos y perdió por primera vez en la Bombonera. En Ezeiza joden con que es Eleven, de la serie Stranger Things, porque le sale sangre de la nariz y tiene superpoderes. Que en 2007 le salió sangre y ganó la Copa”.

Sin embargo, que no tengan ese plan B a la vista, que no hayan avanzado por alternativas de experiencia como Tata Martino o José Pekerman, no quiere decir que en Boca no preparen el terreno por si se diera esa catástrofe de quedar eliminado el sábado en Chaco. “Hay a la vista un posible interinato de Herrón y Rudman”, le contaron a Olé desde el club.

Herrón ya va preparando el terreno (Prensa Boca).Herrón ya va preparando el terreno (Prensa Boca).

Mariano Herrón, hoy al frente de la Reserva, es un hombre de total confianza de Riquelme. Fue ayudante de Russo y Battaglia, no tiene buen diálogo con Ibarra, y aseguran que se encuentra trabajando para llegar en algún momento a la Primera, dejando la vida por el club, incluso durmiendo algunas noches en el predio para al día siguiente poder ir a ver a las Inferiores. Silvio Rudman, por su parte, se sumó hace poco al staff, se encuentra al frente de la Cuarta División y el domingo era uno de los que estaba en el palco cuando Román dio el portazo.

Herrón es riñón puro de Román.Herrón es riñón puro de Román.

Este escenario, por las dudas, está cocinado desde hace semanas. “Con Patronato por la Supercopa estaba preparada la muerte del Negro de la Suerte. Incluso, cambiaron horario del entrenamiento de la Reserva del día siguiente para que fuera a la tarde también, al regreso de Santiago, y ahí mismo agarrara Herrón, pero ahí el Negro de la Suerte ganó y zafó. La primera ejecución era con Patronato, y ahora con Olimpo en la Copa Argentina”. ¿O todo será cuestión de suerte?