A pesar de la tentadora propuesta, Dybala optó por permanecer en Roma, decisión que fue impulsada tanto por su amor hacia la ciudad y el club, como por la influencia de su esposa, Oriana Sabatini, y su madre.
Según el periódico italiano *La Gazzetta dello Sport*, Oriana Sabatini, quien se casó con Dybala en julio, jugó un papel fundamental en esta decisión. Sabatini, cantante y actriz, no estaba dispuesta a mudarse a Arabia Saudita, un país que, según ella, podría limitar tanto las oportunidades profesionales de su esposo como las suyas propias. Además, temía que la decisión de trasladarse afectara las posibilidades de Dybala de ser convocado para la selección nacional y de competir al más alto nivel en Europa.
Por otro lado, *Corriere dello Sport* destacó que Dybala, además de las consideraciones personales, también valoró profundamente su conexión con los hinchas de Roma. La imagen de su presentación en el club, los momentos emotivos vividos en la Plaza Coliseo y las lágrimas en Budapest fueron determinantes para que el jugador de 30 años tomara la decisión de quedarse. Dybala confesó a sus allegados: “No puedo traicionar a esta gente”, haciendo evidente su compromiso con los seguidores de la Loba.
Tras conocerse la noticia, un centenar de hinchas romanos se dirigieron a la villa de Dybala en Casal Palocco para demostrarle su gratitud y apoyo. Ahora, bajo la dirección técnica de Daniele De Rossi, Dybala se prepara para su próximo desafío: el encuentro del domingo contra Empoli en el Estadio Olímpico de Roma, donde el argentino podría ser titular tras ingresar como suplente en la primera fecha ante Cagliari.
Dybala ha dejado claro que, para él, hay cosas que el dinero no puede comprar, como la lealtad y la pasión por los colores que defiende.
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