El caso fue de alto perfil mediático, y los nombres de Ricardo Centurión, Juan Martín Lucero, Miguel Brizuela y Thiago Almada ocuparon titulares por semanas. Sin embargo, las versiones contradictorias llevaron a que la justicia dividiera la causa en dos procesos: uno contra Juan José Delbene Acuña, ex técnico del club Argentino de Quilmes, y otro, más difuso, en torno a los jugadores.

Recientemente, el Tribunal 3 de Mercedes emitió una condena de cinco años de prisión efectiva para Delbene Acuña por tentativa de abuso sexual agravado, resolviendo así una parte de este oscuro episodio. Pero este fallo podría no ser el final. Raquel Hermida, abogada de la querella, ha anunciado que buscará reabrir el caso contra los futbolistas, acusándolos nuevamente de abuso sexual agravado por acceso carnal (en el caso de Almada y Brizuela) y como partícipes necesarios (Centurión y Lucero).

La situación es compleja. Aunque el caso de los jugadores fue archivado inicialmente por falta de pruebas concretas, esto no significa que fueron exonerados. El archivo, en términos judiciales, es una suspensión temporal hasta que surjan nuevos elementos que justifiquen la reactivación del caso. En este escenario, Hermida confía en que las declaraciones de las víctimas y testigos, que ya fueron parte del juicio contra Delbene, puedan ser el detonante para que los jugadores vuelvan a ser investigados.

Sin embargo, fuentes judiciales consultadas aseguran que las pruebas no han cambiado desde el archivo del caso, y las declaraciones ofrecidas en el juicio coinciden con las versiones originales. Las actas señalan que M., la víctima, habría accedido voluntariamente a tener relaciones con Almada y que cuando fue interrogada por su amiga Verónica, su respuesta, aunque ambigua, fue interpretada como un consentimiento.

La abogada Hermida, por su parte, argumenta que la situación fue mucho más turbia y que M. fue manipulada en un contexto de abuso grupal. Según la narrativa presentada por la víctima, lo que comenzó como una interacción consentida con Almada, se transformó en un episodio de abuso sexual colectivo en el que Brizuela, otra mujer, y Almada participaron activamente sin su consentimiento. Estos detalles son, a juicio de Hermida, suficientes para pedir el desarchivo.

El tribunal, sin embargo, es cauteloso. «Salvo que se presente nueva evidencia contundente, es poco probable que el caso avance», señaló una fuente cercana al proceso. Los abogados de los futbolistas han mantenido que sus defendidos fueron testigos y no imputados en el juicio original, lo que podría protegerlos de una nueva imputación en caso de que la causa vuelva a abrirse.

Mientras tanto, el fútbol sigue su curso. Almada y Brizuela continúan con sus carreras deportivas, al igual que Centurión y Lucero, aunque todos saben que la sombra de este episodio no se ha desvanecido por completo. La historia aún no está cerrada del todo, y la posibilidad de que las investigaciones se reactiven sigue latente.

La condena a Delbene Acuña marca un precedente importante, pero también deja en el aire la sensación de que aún hay capítulos por escribirse en este polémico caso.

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuente: Infobae