Girotti marcó los dos goles de un Talleres que mostró carácter, pero quedó al borde de la eliminación.
La Copa Libertadores no perdona. Talleres fue a Lima con la soga al cuello y volvió con el corazón roto. En un partido que tuvo de todo —goles, emociones, polémicas, remontadas y un final dramático—, el equipo cordobés cayó 3-2 ante Alianza Lima y se complicó seriamente en el Grupo D. Tres derrotas en tres presentaciones y un pie y medio fuera del torneo continental.
Guerrero eterno, Girotti encendido y un final con puñal
El estadio Alejandro Villanueva fue una olla a presión desde el primer minuto. La T arrancó dormida y lo pagó caro: Paolo Guerrero, que sigue vigente a sus 41 años, puso el 1-0 con una definición quirúrgica. Y antes de que Talleres pudiera reaccionar, el propio Guerrero apareció en un córner para ampliar la ventaja. Era un baldazo de agua helada para el equipo de Guiñazú.
Pero si algo demostró Talleres es que no está dispuesto a rendirse sin pelear. Primero descontó gracias a un penal bien ejecutado por Federico Girotti, tras una infracción dentro del área a Ortegoza. Y después, cuando parecía que no quedaba resto, el mismo Girotti cabeceó un centro de Riveros y puso el 2-2. Heroico. Parecía que la historia se podía escribir diferente.
Barcos apareció en la última escena
Alianza Lima, nervioso y con uno menos por la expulsión de Carlos Zambrano, tambaleaba. Talleres tuvo el tercero con un bombazo de Sebastián Palacios que se estrelló en el travesaño y gritó injusticia en el aire peruano. Pero el fútbol, muchas veces cruel, reservó su golpe de gracia para el final. A los 95 minutos, Hernán Barcos —sí, otro veterano de mil batallas— apareció para empujar la pelota a la red y desatar la locura local.
Una pesadilla cordobesa
Con este resultado, Talleres no solo sigue sin sumar en la Copa, sino que además se quedó sin margen de error. Libertad lidera con puntaje ideal, San Pablo lo sigue de cerca, y hasta Alianza Lima ahora lo supera. A la T le quedan tres partidos, pero necesita un milagro y una versión mucho más sólida para pensar en octavos.
Fuente: Infobae.
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