Una carrera puede arruinarse en menos de 15 segundos. Y eso fue exactamente lo que le pasó a Franco Colapinto en el Hungaroring, donde protagonizó, sin buscarlo, las dos paradas en boxes más lentas de todo el Gran Premio de Hungría. Su 18° puesto final no reflejó su ritmo en pista, sino la cadena de errores que Alpine sigue sin resolver.

🛠️ En su primera detención, el piloto argentino quedó 11.01 segundos detenido por problemas con la rueda trasera izquierda. En la segunda, 7.23 segundos. Muy lejos del estándar de la F1, que ronda los 2.5 segundos. Pierre Gasly, su compañero, sí tuvo un paso limpio: 2.40 segundos en su única parada.

La frustración de Colapinto fue evidente tanto en la radio como en la conferencia post-carrera: “Fue un desastre. Paramos muy temprano, tuvimos muchos errores. No ejecutamos bien nada”. Y no exagera. El mal timing, las banderas azules, los errores en los pits: todo se combinó para dejar al argentino fuera de cualquier posibilidad.

🔧 Pero el problema es más profundo. Alpine cayó del 5° al 7° lugar en el ranking de paradas más rápidas desde 2022, según datos oficiales de Pirelli y DHL. La salida de figuras clave como Francis Stokes (jefe de mecánicos) y los constantes cambios dirigenciales han erosionado la eficiencia del equipo. Hoy, Alpine solo supera a Aston Martin, Haas y Williams en ese aspecto.

Flavio Briatore, nuevo jefe asesor de Alpine, fue tajante tras la carrera: “Estamos últimos en constructores. Hay que asumir errores y cambiar muchas cosas”. Y el tiempo apremia: en 2026, Cadillac se suma a la parrilla y la competencia no se va a detener a esperarlos.

Por lo pronto, la Fórmula 1 entra en receso. Pero Franco Colapinto ya sabe que su lucha no será solo en la pista: también será contra los relojes, las tuercas… y la desorganización.