Con 38 años, el capitán del Inter Miami firmó un doblete y regaló una asistencia de caño en la goleada 4-0 sobre New York City, para sellar el pasaje de Las Garzas a los playoffs.
Lo de Messi en el Citi Field no solo fue fútbol: fue cultura popular en estado puro. El eco de las tribunas, los guiños de la liga en redes y hasta las referencias musicales lo confirmaron. La MLS explotó con un “Ankara Messi” repetido hasta el cansancio, evocando aquella narración catalana que inmortalizó su gol al Getafe en 2007. Y en su versión en español, la propia cuenta del torneo jugó con la postal neoyorquina: “Un miércoles en Nueva York puedes: ver un show en Broadway, visitar la Estatua de la Libertad, disfrutar del GOAT, Leo Messi”.
El sitio oficial fue más allá: tituló su cobertura “NUEVAYol, a los pies de Messi” y se permitió mezclar a Bad Bunny con el rosarino. Como si el trap y el fútbol fueran lenguajes paralelos para describir lo mismo: una revolución cultural que trasciende estadios.
Detrás de los guiños, los números sostienen la épica. Con sus 24 goles y 13 asistencias en la temporada, Messi se convirtió en el primer jugador de la MLS en registrar 35 contribuciones de gol en dos campeonatos consecutivos. Además, lidera la tabla de artilleros por delante de Denis Bouanga (LAFC) y encamina al Inter Miami a pelear por el Supporters’ Shield y la MLS Cup.
Messi, en definitiva, volvió a demostrar que no hay edad ni geografía que le pongan límite. Lo vieron en Barcelona, en París, en Qatar. Ahora lo aplauden en Fort Lauderdale, en Nueva York y en cada ciudad que pisa con la camiseta rosa. Y cada vez que toca la pelota, la MLS se permite el lujo de ser escenario de lo que parece un fenómeno sin fecha de caducidad.
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