No fue un golpe de suerte ni una casualidad: detrás de la victoria estuvo la mano de Gustavo Benítez, un técnico que diseñó un plan quirúrgico para desafiar la lógica y salir airoso del estadio Monumental.
La llave: la pelota parada
Benítez identificó la grieta antes que nadie: River venía mostrando flaquezas aéreas y Riestra lo convirtió en su arma principal. Con un lanzador preciso como Monje y delanteros capaces de imponerse en el salto, trabajaron durante la semana movimientos específicos. El gol que abrió el partido no hizo más que confirmar la lectura: River ya había recibido cinco tantos de pelota parada en los últimos encuentros y esa tendencia volvió a repetirse.
El efecto Juanfer
Otro detalle estratégico fue la lectura de la titularidad de Juan Fernando Quintero. Para Benítez, la posición más retrasada del colombiano redujo las líneas de pase de River y facilitó el bloque defensivo de Riestra. Ceder la posesión fue una decisión deliberada: “les dimos la pelota y nosotros cortamos el circuito”, explicó. Allí se gestó el primer triunfo psicológico: hacer que River sintiera el peso de tenerla sin saber cómo lastimar.
La identidad: rock & roll
Riestra no improvisó un libreto nuevo. Apostó a lo que sabe: transiciones rápidas, ataques verticales y vértigo constante. “Esto es rock & roll”, repite Benítez a sus jugadores, y en Núñez esa consigna volvió a dar resultados. Incluso los laterales fueron trabajados como trampas para provocar errores y acelerar contragolpes.
El temple tras la tormenta
La reacción de River con su gol pudo haber desmoronado el plan. Sin embargo, Benítez convenció a los suyos de no desviarse un centímetro del libreto. El 2-1 final fue el premio a esa fe en la estrategia y a la resistencia de un equipo que entendió sus limitaciones mejor que su rival.
Un triunfo que trasciende
Más allá de lo futbolístico, la victoria tuvo un impacto emocional enorme. El propio Benítez confesó haberse quebrado camino al vestuario, recordando su infancia y a su familia. Esa imagen viralizada mostró la dimensión humana de un logro que excede los tres puntos.
La mirada hacia adelante
Riestra ya aseguró su permanencia, pero sueña con más. El objetivo inmediato es quedar entre los diez primeros del promedio y, si los números acompañan, aspirar a un cupo internacional: un escenario impensado hace apenas dos años, cuando el club peleaba en categorías menores.

La imagen de Gustavo Benítez que se viralizó luego del histórico triunfo ante River en el Monumental (@prensariestra)
River, por su parte, se lleva una lección dolorosa: la posesión sin profundidad no gana partidos y sus debilidades defensivas son un blanco cada vez más visible. La caída ante Riestra no fue un accidente, fue el resultado de un plan ejecutado a la perfección por un equipo que no se dejó intimidar por el Monumental.
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