La delegación de natación de San Luis bajó el telón en el Estadio Fiscal de Talca con una campaña brillante. La pileta chilena fue escenario de emociones fuertes y resultados históricos.
Eden Hodara, con apenas 15 años, se consagró campeona en los 50 metros mariposa, subió a lo más alto del podio y reafirmó que su nombre ya forma parte de las grandes promesas de la natación regional.

Su cosecha fue extraordinaria: seis medallas en total.
🔸 Oro en 50 mariposa
🔸 Plata en 100 libres
🔸 Bronce en 50 libres
🔸 Bronce en 100 mariposa
🔸 Bronce en el relevo combinado 4×100 femenino
🔸 Bronce en el relevo combinado 4×100 mixto
Un torneo brillante que la dejó entre las figuras más destacadas de la competencia.

Pero detrás de cada brazada de Eden hay una historia que merece contarse.
Una familia que cruzó el mundo detrás de un sueño
Guillermo y Marilina formaron su familia lejos de Argentina y Uruguay. Vivieron casi 20 años en Haifa, Israel, donde nacieron sus tres hijos: Eden (15), Alon (13) e Idan (8). Ella, profesora de Educación Física especializada en natación; él, licenciado en Fisioterapia y Osteopatía. Una vida construida con esfuerzo y estabilidad.

Marilina y Guillermo junto a Alon (13) e Idan (8) Eden (15)
Pero algo empezó a moverles el corazón.
“Decidimos cambiar nuestro rumbo por varias razones”, cuenta Guillermo. “Sabíamos que significaba dejar seres queridos, estabilidad económica y profesional. Pero queríamos apostar a un nuevo capítulo en Sudamérica”.
La única condición era clara:
que Eden pudiera continuar su desarrollo como deportista de alto rendimiento, en un entorno humano, natural y educativo que acompañara a toda la familia.
Los inicios de Eden: una vida ligada al agua
Eden prácticamente creció en el agua desde los 3 meses, influenciada por la profesión de su mamá. Desde pequeña llamó la atención de profesores y entrenadores en Haifa.
Su primer formador fue Yuri Levin, quien la encaminó hacia la natación competitiva. Participó desde muy temprano en torneos del prestigioso campus Wingate, cuna de grandes atletas israelíes.
Luego continuó su desarrollo en Macabí Kryat Bialik, donde el nivel de exigencia moldeó su disciplina, su carácter y su fortaleza emocional.
“Este deporte exige sacrificio, muchas horas de entrenamiento y una fortaleza mental especial”, explica Guillermo. “Nosotros jamás le exigimos resultados. Es ella misma la que se empuja”.
Ya en Argentina, Eden siguió entrenando en Buenos Aires con Nico. Y cuando la familia volvió a reunirse durante un paso por Carlos Paz, llegó el dato clave:
En Merlo/Concarán entrenaba Alejandro Coronel, con un grupo consolidado y proyección.
“Coordinamos una entrevista, tuvo un día de prueba y nos gustó a todos. Supimos que ese era nuestro lugar”.
Merlo: un hallazgo inesperado que lo cambió todo
La conexión con Argentina nació gracias a Soledad, amiga de la adolescencia de Marilina, quien les abrió la puerta a la posibilidad de empezar una vida en Villa de Merlo.
En Merlo encontraron algo más que un lugar:
encontraron una comunidad que los abrazó desde el primer día.
Marisa y Cristian Montesano fueron fundamentales en ese comienzo lleno de incertidumbres.
La adaptación no fue simple: nuevas costumbres, trámites, economía ajustada, otro idioma para los chicos. Pero cada paso confirmó que la decisión tenía sentido.
Una travesía digna de película
El viaje desde Israel tuvo momentos emotivos… y uno muy duro.
“Salimos los cinco, mi madre… y el gato. Éramos cinco, la abuela y el gato”, recuerda Guillermo entre risas.
Pero detrás de la anécdota hubo una prueba dolorosa:
su madre sufrió una fractura de cadera en pleno aeropuerto, tras tropezar accidentalmente con un entusiasta Idan.
La familia quedó separada durante tres meses:
Guillermo acompañó la rehabilitación en Israel, mientras Marilina y los chicos se instalaron en Buenos Aires, sostenidos por Paula, su hermana, y por Martín, Mora y Joaquín. Después pasaron por Córdoba, en la casa de Fabián y su familia, antes de llegar finalmente a Merlo.
El presente: un resultado deportivo que simboliza mucho más
El brillante desempeño de Eden en los Binacionales no es solo una marca deportiva:
es el símbolo de un camino lleno de coraje, decisiones profundas y una familia que apostó por un cambio de vida.
Y también es el resultado de un trabajo integral que vale la pena destacar:
El rol clave del entrenador Tomás Díaz
En todo el proceso de evolución física y emocional de Eden, tuvo un papel fundamental el entrenador Tomás Díaz, responsable de su preparación física y del trabajo en la pileta.
Su participación intensiva fue determinante para que la deportista alcanzara este nivel de rendimiento.
El apoyo del equipo y las familias
Los compañeros de natación y sus padres también cumplieron una función esencial, acompañando su integración, conteniéndola y haciéndola sentir parte de la comunidad desde el primer día.



San Luis cerró una campaña histórica.
Y en esa historia, Eden Hodara brilló con luz propia.

Eden junto a su entrenador Alejandro Coronel.
Porque detrás de cada medalla late siempre una historia.
Y la de Eden recién empieza a escribirse.
Fotos: ANSL
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