San Isidro volvió a vibrar con su clásico. En la Catedral del Rugby, SIC se quedó con una victoria durísima ante CASI (13-9) en una semifinal tensa, cerrada y llena de dramatismo. Con este triunfo, los de Boulogne se clasificaron a una nueva final del Top 12 de la URBA, donde buscarán su título número 28 el próximo sábado ante Newman.
El partido fue una verdadera batalla física. Rostros ensangrentados, jugadores extenuados y una defensa inquebrantable definieron el tono de un clásico jugado al límite. SIC mostró su sello: orden, oficio y temple. Con una defensa férrea y un pack de forwards dominante, supo sufrir y aguantar hasta la última pelota.
El encuentro se definió en los detalles. En la primera parte, Santiago Pavlovsky mantuvo la puntería con dos penales para el SIC, mientras que Juan Akemeier respondió para el CASI (6-3 al descanso). Pero el momento decisivo llegó en el segundo tiempo: Andrea Panzarini, figura del partido, forzó un try penal y la amarilla para Felipe Hileman, acción que selló el resultado final.
Desde ese instante, SIC manejó los tiempos, defendió cada metro y jugó con inteligencia. CASI, fiel a su historia, murió de pie, intentando hasta la última jugada romper una muralla defensiva que no concedió fisuras.
Panzarini, héroe silencioso, fue el alma del equipo: recuperó pelotas clave en los rucks y lideró con experiencia una defensa perfecta. A su lado, Bautista Viero, Marcos Piccinini y Santos Fernández de Oliveira completaron un pack que impuso respeto y marcó el ritmo del encuentro.
La victoria fue sufrida, pero con el sabor especial que tiene vencer al eterno rival. Además, el SIC sumó su tercera victoria en duelos de eliminación directa ante el CASI (tras las de 2003 y 2013) y accedió a su quinta final en las últimas seis temporadas.
Ahora, el conjunto de Boulogne se prepara para una cita con la historia: enfrentará a Newman, que busca su primer campeonato, en una final que promete emociones fuertes y contraste de estilos.
La Zanja irá por su corona número 28, con la mística intacta y la fe inquebrantable de siempre.
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