Según los expertos en medicina y en general los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), descansar lo suficiente por las noches permite que la presión arterial del cuerpo se regule, reduciendo las posibilidades de tener problemas relacionados con el sueño. Pero además promover un buen descanso, ayuda a mejorar la salud general del corazón, entre otros beneficios.
Además de ser placentero, dormir es una función biológica básica para todo ser humano, un estado fisiológico de reposo que permite al cuerpo y a la mente descansar y autorregularse para afrontar el día en un estado óptimo. Tan importante son estas funciones que, el sueño influye en la salud, en el estado de ánimo y también en nuestra piel, ya que, durante la noche las células del cuerpo se regeneran ocho veces más rápido que durante el día. Por eso, los expertos afirman que la falta de sueño se refleja mucho en la piel, y no solo depende de la cantidad de horas que duermes, sino también en la calidad de ese descanso.

La importancia de dormir y, además, descansar
Existen diferencias sustanciales entre dormir y descansar, ya que uno no implica al otro. “Dormir es un proceso por el cual nuestro cuerpo recupera energía, se eliminan desechos que se acumularon durante el día. Se regulan hormonas, se refuerzan las defensas y, además, se consolida la memoria. El sueño es el momento en cual, aparte de disminuir la actividad motora, ocurren cambios a nivel metabólico, cerebrales, por ejemplo. Es la disminución fisiológica (necesaria), reversible y periódica del nivel de conciencia, indispensable para el buen funcionamiento diurno.
En tanto, para descansar, el sueño debe ser de una adecuada cantidad, que son las horas recomendadas según la edad y de buena calidad. Cuando una de estas condiciones no se cumple, no descansamos. El descanso es un momento en el cual no hay actividad física. Pero esto no implica estar dormido. Se puede estar en la cama o en un sillón mientras se mira la televisión en vigilia o leyendo un libro.

A continuación, detallamos algunos consejos respaldados por la ciencia y aprobadas por expertos para conseguir un buen descanso.
Programar un horario de sueño
Puede que el ritmo de vida cotidiano muchas veces dificulte establecer un horario de sueño, pero mantener un horario constante para acostarse y despertarse es la recomendación número uno de numerosos expertos en sueño.
Tratar de estar en contacto con la luz natural.
Una dosis de luz natural es fundamental para que el organismo trabaje adecuadamente. Una hora de luz solar, y apagar las luces un poco antes de dormir, es una buena clave para lograr conciliar el sueño.
Desconectarse de la tecnología una hora antes.
Si queremos garantizar un sueño profundo y menos pensamientos acelerados después de apagar las luces de su habitación, debe apagar los teléfonos, televisores, computadoras y tabletas al menos una hora antes de acostarse. Este paso es fundamental teniendo en cuenta que la luz azul estimula el cerebro y lo mantiene alerta, así que las personas deben intentar apagar sus pantallas antes
Ejercitarse al menos 30 minutos al día.
Practicar deporte es indispensable para la salud en general y para mejorar la calidad de sueño. Lo recomendable es hacer de 20 a 30 minutos de ejercicio cardiovascular al día, para promover un mejor sueño esa noche. Evitar hacer actividades físicas muy cerca de la hora de acostarse.
Evitar horas de sueño por la tarde.
Los ciclos de sueño son verdaderamente ciclos. Si alguien tiene una mala noche de sueño, tomar una siesta sin duda puede ayudar a aliviar el cansancio. si la siesta no puede dormirse antes de las 15 horas, será mejor acostarse un poco más temprano esa noche.
Olvidarse del reloj.
Mirar la hora al despertarse en medio de la noche está entre las peores decisiones que pueden tomarse. Esto se debe a que una vez que se mira la hora, es inevitable hacer de cuantas horas quedan para dormir y en consecuencia la mente se estresa.
Evitar el consumo de cafeína, alcohol y chocolate, entre otros.
Este tipo de estimulantes permanecen activos por más de 8 horas en el organismo. El alcohol ayuda a activar el mecanismo que da sueño al principio, pero esto generalmente no dura y puede interrumpir el sueño REM y su capacidad para permanecer dormido durante la noche.
Sonidos estimulantes o relajantes.
Otra de las buenas estrategias son los tan conocidos como ruidos blancos. Dejar cualquier tipo de ruido de fondo relajante, como un ventilador, para amortiguar otros sonidos, que los expertos utilizan para dormir mejor.
Poniendo en práctica estos consejos, acompañados de buenos hábitos, podrán obtener un buen descanso.
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