La alegría inunda a todos los fanáticos y jugadores de Boca tras obtener el pase a la final de la Copa Libertadores habiendo dejado en el camino a Palmeiras desde los doce pasos. Sin embargo, quien tiene una astilla que no para de molestarlo es Marcos Rojo, ya que se perderá el encuentro ante Fluminense por haber sido expulsado.

Tras el encuentro, reconoció que fue «un poco irresponsable» y admitió que, si bien la verá desde afuera, la final en el Maracaná será una «revancha» por la que perdió ante Alemania junto con Sergio Romero y toda la Selección Argentina de Alejandro Sabella en el Mundial de Brasil 2014.

En primer lugar, Rojo elogió a Edinson Cavani, excompañero en Manchester United y quien hizo el único gol de Boca en el 1-1 que llevó todo a penales: «Desde que llegó que muestra cómo es el camino, con trabajo, con humildad. Es un excelente jugador y está a la par de cualquiera, la verdad que te emociona. Es un privilegio tenerlo acá en el club día a día con nosotros», expresó.

Luego, se refirió a las molestias físicas que acarreaba, pero que no le impidieron jugar ante Palmeiras: «Tanto yo como Nico (Figal) hicimos un esfuerzo grande, queríamos estar. Habíamos hablado con el técnico, pedimos estar como sea. Sabíamos lo que nos jugábamos, la clase de partido que iba a ser, en dónde lo estábamos jugando. Traté de dar lo mejor en todo el tiempo que estuve en la cancha».

Al pasar por detrás suyo mientras daba la nota, Rojo aprovechó para tirarle flores a Sergio Romero, quien atajó dos penales en la definición: «Es una bestia. Estoy muy agradecido con él por ponernos donde queríamos, estar en la final. Es lo más grande que hay».

¿Boca es un merecido finalista de la Libertadores? «¿Cómo no vamos a serlo? Nadie nos pudo ganar. En los penales ganamos siempre. Hicimos un trabajo muy duro en una cancha muy difícil, una superficie en la que no se juega normalmente, con un gran rival, grandísimos jugadores. Y que Boca esté compitiendo al nivel que está compitiendo con los recursos que tenemos, la verdad que es un privilegio, un orgullo», sentenció el defensor central.

Por otro lado, admitió que esperaban que el encuentro pudiera ser con un Palmeiras dominante y un Boca expectante. «Sabíamos cómo iba a ser el partido. No jugamos con cualquiera. Es un equipo que en los últimos años ha estado siempre en la final o en semifinales. Pero Boca es muy grande y se lo respeta en todos lados. Ellos nos respetaron en La Bombonera y creo que acá hicimos un partido muy bueno».

Luego, llegó el momento de hablar de su expulsión, cuando vio la segunda tarjeta amarilla a los 21 minutos del segundo tiempo por una fuerte entrada a Kevin: «Fue un poco irresponsable. Me dolió mucho y lo que más duele es que me voy a perder la final. Pero no quiero dejar de agradecerles a mis compañeros todo el esfuerzo que hicieron, porque yo estaba sufriendo de afuera y verlos a ellos cómo se tiraban de cabeza… es un orgullo para mí», aseguró.

Al ser consultado sobre si la chance de ganar la Libertadores en el Maracaná es una «revancha» para él y para Chiquito Romero por lo sucedido en el Mundial de 2014 con Argentina, Rojo asintió y aseguró que «lo pensamos y hablamos así». Pero se lamentó «porque lo voy a tener que ver de afuera», desde donde alentará a sus compañeros.

Telam.