El torneo, que se celebrará hasta el 22 de septiembre, será un verdadero desafío para los equipos nacionales, que buscarán destacar en medio de las diferencias estructurales con las potencias del ajedrez mundial.

El equipo masculino estará liderado por el gran maestro Robert Hungaski e integrado por Fernando Peralta, Leandro Krysa, Rubén Felgaer, Diego Flores y Tomás Sosa. Por su parte, el conjunto femenino, comandado por Sebastián Iermito, contará con Candela Francisco Guecamburu, María José Campos, Anapaola Borda, Claudia Amura y Belén Sarquís.

Preparación y diferencias con las potencias

A pesar del talento que poseen los jugadores argentinos, la falta de profesionalización en el ajedrez local genera una desventaja considerable frente a los equipos de élite, como Rusia, India o China, cuyos jugadores se dedican exclusivamente al juego y cuentan con apoyo financiero y estatal para su entrenamiento y competencias.

«Nosotros tenemos que dar clases y trabajar para mantenernos, mientras que en países como India, sus jugadores entrenan regularmente con grandes maestros como Boris Gelfand», comentó Leandro Krysa, quien disputará su segunda olimpíada representando a Argentina.

En la misma línea, Rubén Felgaer, uno de los jugadores más experimentados del equipo, señaló: «La diferencia en el nivel de apoyo económico y entrenamiento es notoria. Sin embargo, nuestra fortaleza radica en la unión del equipo y el esfuerzo que hemos puesto en nuestra preparación».

El rol de Faustino Oro: Promesa del ajedrez argentino

Una de las sorpresas en la delegación argentina es la presencia de Faustino Oro, de tan solo 10 años, invitado por la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE). Si bien no jugará en el equipo, su inclusión es una muestra del talento joven que Argentina tiene para ofrecer al mundo. Oro ya ha conseguido el título de maestro internacional, un logro sin precedentes a su corta edad.

Expectativas y objetivos

Aunque las diferencias con las principales potencias son grandes, los equipos argentinos llegan a Budapest con el objetivo de mejorar sus posiciones en el ranking. El equipo masculino está preclasificado en el puesto 33, mientras que el femenino ocupa la posición 26.

«Nuestro sueño es entrar en el Top 20. Sabemos que será difícil, pero la ilusión y el esfuerzo están presentes en cada uno de nosotros», afirmó Candela Francisco, campeona mundial juvenil y una de las grandes promesas del ajedrez femenino en Argentina.

El camino a seguir

La competencia se jugará bajo el sistema suizo, a 11 rondas. Cada partida tendrá un ritmo de 90 minutos para las primeras 40 jugadas, seguido de 30 minutos adicionales y un incremento de 30 segundos por jugada. La dinámica del torneo será exigente, con sesiones que podrían extenderse hasta cinco horas.

El camino no será fácil, pero los ajedrecistas argentinos ya han demostrado que, a pesar de las dificultades, tienen el talento y la dedicación necesarios para enfrentarse a los mejores del mundo.

 

 

 

 

 

 

Fuente: Infobae.