A pesar de la emoción del encuentro, lo que más llamó la atención fueron sus ojos, que presentaban un tono amarillento, avivando rumores sobre su salud.

La imagen del exjugador, que presenció el triunfo del Monaco desde un palco acompañado de su esposa Yvette Prieto, se volvió viral rápidamente. Muchos aficionados y medios comenzaron a especular sobre el estado de salud de Jordan, lo que llevó a un médico cercano a su familia a intervenir en las redes sociales. En un post en Reddit, el profesional aclaró que la coloración de los ojos de Jordan no es motivo de preocupación: “Sus ojos son ‘anictericos’ (es decir, no ictéricos). Tienen lo que llamamos una ‘esclerótica sucia’ o ‘fangosa’”.

Asimismo, una fuente anónima consultada por DailyMail reafirmó que la salud de Jordan no está en riesgo. “Mike está bien. Visita al médico regularmente y simplemente está envejeciendo. No hay motivos para alarmarse”, comentó la fuente, añadiendo que el exjugador se mantiene activo y disfruta de su vida, especialmente jugando al golf.

Este episodio recuerda la atención que recibió Jordan durante el aclamado documental de Netflix “The Last Dance”, donde también se notaron ciertas marcas en sus ojos. En esa ocasión, el mismo médico explicó que aunque los ojos de Jordan pueden parecer amarillos, esto no indica necesariamente un problema de salud serio.

Además, según informaciones de SportBible, el impacto de las fotos ha hecho que Jordan se sienta incómodo. La fuente reveló que no le agrada ser recordado como alguien que parece enfermo, y que está decidido a mejorar su apariencia en futuras apariciones públicas.

En un giro adicional, se supo que Jordan vendió recientemente su mansión en Highland Park, un proceso que había estado complicado durante los últimos 15 años. La propiedad, inicialmente tasada en 47 millones de dólares, se vendió por un monto que algunos medios estiman en torno a los 11 millones.

Mientras tanto, los aficionados pueden estar tranquilos: la leyenda del baloncesto sigue disfrutando de su vida, y sus apariciones públicas continuarán atrayendo la atención, tanto por su legado como por su presencia carismática.