La hinchada, fiel a su equipo, llenó el estadio con cánticos y aliento incondicional, pero la noche terminó en desilusión: el Xeneize quedó eliminado en una definición por penales que quedará marcada en la memoria del club y sus aficionados.
Un inicio prometedor, un final inesperado
Desde el primer minuto, Boca salió decidido a buscar la victoria. El equipo de Fernando Gago presionó alto y a los cinco minutos encontró el primer gol tras un infortunio de Miguel Trauco, que empujó el balón en su propio arco. La Bombonera estalló y el equipo se llenó de confianza. Sin embargo, la alegría duró poco. A los 18 minutos, Hernán Barcos ganó de cabeza en el área y puso el empate para Alianza Lima.
Con la serie igualada, Boca intentó reaccionar, generando oportunidades con Cavani, Merentiel y Zenón, pero se encontró con una defensa peruana bien plantada y con la gran figura de la noche: el arquero Guillermo Viscarra, que tuvo intervenciones decisivas para mantener a su equipo con vida.

Empuje, tensión y oportunidades desperdiciadas
El segundo tiempo fue un monólogo del Xeneize. A los 13 minutos, Kevin Zenón puso el 2-1 tras un rebote en el travesaño, desatando la euforia en las tribunas. Con media hora por jugar, Boca tenía todo para sellar su pase a la siguiente fase, pero la ansiedad y la falta de contundencia fueron sus peores enemigos. Cavani estrelló un remate en el poste, Merentiel y Ander Herrera desperdiciaron chances claras, y Viscarra se convirtió en un muro bajo los tres palos.
El nerviosismo se apoderó del equipo en los minutos finales. Un error en salida casi le da la clasificación a Alianza Lima antes de los penales, pero Marchesín salvó el arco con una atajada clave. El pitazo final llevó la definición a los doce pasos y el destino quedó en manos de la fortuna y la precisión.
Viscarra, el héroe de la noche
El desenlace fue cruel para Boca. A pesar del aliento ensordecedor, la tanda de penales se convirtió en una pesadilla. La figura de Viscarra creció aún más cuando le atajó el último disparo a Alan Velasco, dándole la clasificación histórica a Alianza Lima.
El banco peruano explotó en un festejo inolvidable, mientras Boca quedó sumido en la incredulidad. En la tribuna, la frustración se hizo notar con cantos que reflejaban el malestar de los hinchas. Algunos pidieron cambios en la dirigencia y el cuerpo técnico, mientras que otros, fieles al sentimiento, despidieron al equipo con aplausos y la promesa de seguir alentando.

Un golpe que dejará consecuencias
La eliminación en esta fase temprana de la Copa Libertadores significa más que una derrota deportiva. Boca no solo pierde prestigio en el ámbito internacional, sino también una importante suma de dinero por ingresos de televisión y premios. Además, el futuro de Fernando Gago en el banco de suplentes queda en duda, con la dirigencia analizando posibles cambios en el proyecto futbolístico.
Para Alianza Lima, en cambio, la victoria es una de las más resonantes de su historia. El equipo de Néstor Gorosito supo jugar con inteligencia y efectividad, y ahora avanza con el sueño intacto en el torneo continental.
Boca tendrá que levantarse rápido de este golpe y replantearse su rumbo. La Bombonera fue testigo de otra noche cargada de emociones, pero esta vez, el festejo fue ajeno.
Fuente: Infobae
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