Mientras el equipo de Xabi Alonso resolvía el partido con autoridad, volvió a quedar en evidencia una situación que empieza a generar debate puertas adentro y fuera del club: Franco Mastantuono sumó otro encuentro sin minutos y su nombre volvió a instalarse en el radar de los rumores.

No es un dato menor. El juvenil argentino, fichado en agosto tras una operación histórica para River, atraviesa un presente de bajo protagonismo que contrasta con las expectativas que despertó su llegada. Ante el Sevilla, ni siquiera el contexto favorable —un rival con diez hombres durante buena parte del segundo tiempo— le abrió una ventana para ingresar. Fue su séptimo partido completo en el banco desde que desembarcó en la Casa Blanca.

El recorrido, hasta ahora, ha sido irregular. Una pubalgia lo frenó durante noviembre y parte de diciembre, cortando su adaptación en un momento clave. Desde su regreso, apenas pudo sumar minutos: un breve ingreso ante Alavés y una titularidad en Copa del Rey, donde dejó señales positivas antes de ser reemplazado. En números, el balance marca 14 partidos, un gol y una asistencia, cifras que no alarman pero tampoco alcanzan para consolidarlo en la rotación.

En Europa, la lectura es clara: el talento está, el contexto todavía no acompaña. Medios especializados comenzaron a hablar de una posible cesión como alternativa para acelerar su crecimiento competitivo. La idea no sería desprenderse del jugador, sino proteger una inversión fuerte y darle continuidad en una liga exigente, algo que el propio Mastantuono vería con buenos ojos pensando también en su proyección internacional y en la órbita de la Selección Argentina rumbo a 2026.

Desde el club, el mensaje público apunta a la calma. Xabi Alonso remarcó su satisfacción con el proceso y pidió paciencia con un futbolista de apenas 18 años que llegó desde otro fútbol y otro ritmo. Sin embargo, el Real Madrid también sabe leer el mercado y entiende que el desarrollo de un juvenil no siempre sigue una línea recta.

Así, Mastantuono queda en una zona de transición: ni relegado definitivamente ni consolidado. El Madrid evalúa, el entorno observa y el jugador espera. En un club donde la competencia es permanente, el próximo mercado puede marcar si su camino continúa en blanco… o si el crecimiento exige una escala previa lejos del Bernabéu.