Trabajar los músculos del tren inferior a cualquier edad es sumamente importante, tanto en las mujeres como en los hombres. La mayoría de las personas no los incluyen en sus rutinas de ejercicios, ya que, por una cuestión de estética se centran más en la zona del abdomen, brazos, expectorarles, espalda, entre otros, y por ese motivo mucha gente prescinde de incluirlas en sus ejercicios.

Las piernas son la principal forma de propulsión que tenemos y por ello, independientemente de la edad, entrenarlas, evitamos la sarcopenia, que es la perdida de tejido muscular, que va apareciendo con el paso del tiempo. No ejercitarlas genera una serie de consecuencias que nos impedirán mejorar física y deportivamente, como la inestabilidad al caminar, quedar más expuestos a las caídas, fracturas y altera la función de nuestro metabolismo. Hacer ejercicio hace que aumente nuestro metabolismo basal, ya que requerimos consumir una gran cantidad de calorías para poder satisfacer las demandas energéticas del organismo.

Son muchos los beneficios que conseguimos al entrenar las piernas; fortalece la masa muscular, aumenta el tejido metabólicamente activo -mayor transportadores de glucosa-, mejorando la insulinorresistencia, favorece la disminución de los niveles de grasa corporal incluso en otras zonas del cuerpo y aumenta los niveles de testosterona en hombres. En el caso de las mujeres ayuda a mejorar el estado general de glúteos y caderas, mejora la circulación sanguínea evitando la formación de nódulos de grasa y retención de líquidos impidiendo la formación de adiposidades como la celulitis. Además, unos músculos desarrollados del tren inferior conseguirán aumentar la fuerza general de las piernas, y con ella el rendimiento en actividades como la carrera, caminar, andar en bici, etc.

Sea cual sea nuestro objetivo, esta zona del cuerpo es una de las más importantes del organismo, por sus funciones de mantener el equilibrio y movilidad, por tal razón, los grupos musculares de esta zona deben permanecer activos y fortalecidos.